Para todo niño la base de una alimentación sana, correcta y equilibrada tiene su fundamento en la lactancia materna; a saber, exclusiva hasta los 6 primeros meses de vida, luego con otros alimentos hasta los dos años de edad y después hasta que él y la madre lo deseen, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Las primeras horas son clave para establecer la lactancia; cuanto antes se empiece mejor y no te preocupes por si crees que el calostro no le alimenta lo suficiente: porque éste cubre perfectamente las necesidades de tu bebé durante sus primeros días de vida.
- Elige una habitación o lugar de la casa tranquilo y busca una postura cómoda para sostenerle y darle el pecho (lo más vertical posible) antes de comenzar a amamantarle. Recuerda que si tú no estás cómoda, él tampoco lo estará.
- Hay que enseñarle cuál es el agarre correcto del pezón; el cual debe estar limpio antes y después de cada tetada, utilizando material suave humedecido con agua tibia.
- Ofrece un pecho, deja que termine y luego le ofreces el otro. Nada de 10 ó 15 minutos en cada pecho. La lactancia materna ha de ser a libre demanda. Tampoco interrumpas su sueño para alimentarle, ni le despiertes a mitad de una toma si se ha quedado dormido. No insistas, él sabe cuándo necesita.
- Habla y acaricia mientras amamantas a tu hijo, debes saber que tu bebé ve, oye, olfatea y degusta; pero su sentido más desarrollado es el tacto, su desarrollo y bienestar dependen de ello.
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Para el desarrollo de este post contamos con la asesoría, colaboración y suministro de información del Dr.Juan José Perozo, Pediatra con gran experiencia; además, forma parte de los especialistas en la Unidad Quirúrgica La Trinidad.
Coautora: Dra. Lidia Colmenarez, Docente jubilada – investigadora UCLA, Doctorado en Educación.